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sábado, 6 de octubre de 2018

Lorenzo Caprile, maestro de la costura.

La moda nunca me ha quitado el sueño, no me obsesiona y me limito a elegir la ropa que me gusta y que creo favorecedora. Desde un tiempo atrás, me tiro a la piscina de la comodidad. Esto no quita la admiración que siento por el mundo del traje a medida. Quizás, porque mi infancia transcurrió en el taller de una abuela costurera entre máquinas de coser e hilos. Una abuela que intentó exaltar mi astucia con la aguja y que abandonará este mundo sabiendo que su esfuerzo fue en vano.

La profesión que elegí, afortunadamente me ha acercado a grandes profesionales y me ha agrandado la admiración de la que te hablaba antes. El otro día visité las entrañas de un taller que abrió sus puertas en Madrid en el año 93 en pleno barrio de Salamanca. 
¿Quién me iba a decir a mí que iba a pisar el taller de Lorenzo Caprile
La vida tiene unos giros grandiosos... 




A él lo conocí hace unos días en el teatro. El tabaco mata, pero si fumas en los descansos del trabajo, Lorenzo te alarga la vida. Sus opiniones van con hilo fino y resistente, como sus puntadas. El escepticismo que no puede evitar ante el mundo en el que vivimos, lo suple con disfrutar el momento presente. Dice que “eso es una ventaja que te brinda la edad”, porque como creyente “el mañana sólo Dios lo sabe”.
Piensa que “el mejor proyecto es el que está por llegar”, por eso cuenta las horas para el estreno de sus últimos quebraderos de cabeza transformados en arte: El médico, la adaptación musical del best seller del estadounidense Noah Gordon que puedes ver a partir del 17 de octubre en el teatro Nuevo Apolo de Madrid. Lorenzo ha seguido paso a paso las indicaciones valiosas del autor para ejercer como nadie su faceta como figurinista. El teatro le hace feliz, tanto como el amor a los trapos que le inculcó su madre. Elegir meticulosamente las telas para cada actor no ha sido coser y cantar. Por eso, agradece el buen hacer de su equipo consolidado y “lo fácil que se lo hemos puesto todos” (me adjunto).






No le gusta la televisión, pero ahora vuelve a vencer su pudor y la vergüenza tonta en la segunda edición de "Maestros de la costura" en TVE.
El modista no lleva la cuenta de mujeres que ha vestido, ni considera un trabajo más importante que otro, aunque se siga hablando hoy en día del traje rojo que lució la Reina doña Letizia hace catorce años en la boda de los príncipes de Dinamarca, “que eso en moda equivale a siete siglos”.  

Para él, el estilo es inteligencia y sentido común, y para mí la inteligencia es la suya: vivir en un hotel como Al Capone, no tener smartphone por miedo a esa posible adicción común que sufrimos todos y el fomentar su amor a la literatura y al lenguaje sin hacer uso de anglicismos.






Sólo puedo darte las gracias, querido Lorenzo. Gracias por tu carácter, tu genio, tu respeto, tus bromas, tu exigencia en el trabajo y tu generosidad. Como decía al principio, me limito a elegir la ropa que me gusta, por eso hoy estás aquí en mi faro. 
Gracias por llegar cuando no te esperaba y enseñarme tu forma de ver el mundo y las telas que guardas en tu paraíso. A mi abuela te la tengo que presentar.



-Enlace para escuchar la entrevista:



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