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martes, 27 de noviembre de 2018

Mi maestro me lee.




No me llevo bien con los días en los que por sistema estamos obligados a celebrar algo, pero también odio las aceitunas y de pequeña las comía rellenas de anchoa. Hago excepciones. El radicalismo del blanco y el negro divide tanto como las ideologías. Sin embargo, el gris une como buen intermediario que es. Ahora recordando, yo tuve una goma de borrar de color gris casi vitalicia. Digo casi porque ya no la conservo, pero me acompañó en muchos cursos escolares durante tantos años como mi maestro. Borré con ella más números que letras. Los que me conocen desde hace muchos años saben que en cuarto de la ESO me aprobaron las Matemáticas por lástima y por todo el dinero invertido de mis padres en esas clases particulares a las que llevaba calculadora y nunca oídos. Iba para letras y en cuatro palabras: me dejaron por imposible.

Hoy se celebra el día del maestro y he de reconocer que no me acuerdo de todos. La memoria selectiva me alarga la vida, tanto como a ti y con las pérdidas de memoria a corto plazo hundí a muchos maestros enemigos "insumergibles" todos como el Titanic, de los que nunca entendí ese porqué chocar tanto con mi bloque de hielo. La que hablaba en clase siempre era yo, oiga usted con la manía… Ahora ya no tengo ese egocentrismo adolescente y aunque no me acuerde de sus nombres, les doy la razón. La comprensión matemática corta, pero la lengua larga. Asumido está.

Afortunadamente una crece, evoluciona, agradece el haber perdido tanto el tiempo en raíces cuadradas y sonríe cuando le escucha la voz a través del teléfono al único profesor que conserva en su vida actual. La goma gris se desintegró, pero Juanma sólo usa ese verbo con las faltas de ortografía. Él fue mi profesor de Lengua y Literatura durante muchos años, también mi vecino y pasaron los años y derivó en confidente, sin dejar nunca su oficio docente. Yo la literatura, sobre todo la poesía, la traía bien amada de casa, pero el amor me lo agrandó él cada vez que recitaba a Lorca, a Salinas, a Machado… Fueron muchos los que desfilaron por su garganta y continuaron por mis sueños. Siempre me gustó encontrarme con él por la calle cada vez que paseaba a su perrita, compartir un café o comer en su casa. Nunca me faltó un consejo, nunca me falta, siempre aparece de manera oportuna.
Ahora no nos vemos todo lo que me gustaría, lo urgente no deja tiempo para la importante (para recordarnos ese dato ya tenemos a diario los anuncios publicitarios navideños) , pero hoy es el día del maestro y el otro día recibí un WhatsApp suyo en el que me decía :“¿Dónde guardas la chistera de la que sacas estos artículos tan sorprendentes, originales, sentidos y bien escritos…?” Él no lo sabe, pero tampoco sabe que ese mensaje me hizo llorar. Mi maestro me lee. Invierte algún tiempo de su jubilación para leerme el caos, ¿sabes qué sensación tan bonita? He de añadir que también lo invirtió para ejercer de actor en mi ópera prima “Mi mejor consejo”, la cual puedes ver a la derecha de este blog. Él siempre invirtió tiempo y aprendizaje en mí. En presente me lee.

Querido Juanma, siento decirte que la chistera no existe, pero el artículo de hoy sale concretamente del cariño que me nace cada vez que te recuerdo. Quizás del balance que hace una cuando le quedan pocas horas para volver al trabajo, se da cuenta del paso de los años y del valor intangible que tienen los que la acompañan en los negros, blancos y grises.
Gracias por amar tu vocación, por contagiarla, por tu huella, por tu amparo y tus lecciones de maestro inmortal. ¡Ah! Y por leerme. Te abrazo en tu día. Te celebro siempre.

¡Feliz día a todos los maestros y maestras! 

1 comentario:

  1. Gran profesor, mejor persona. Qué difícil es dejar huella y lo fácil que ha logrado llegar a nuestros corazones con una herramienta tan fácil como su voz.
    Aún recuerdo cómo se quedaba toda la clase en silencio, totalmente encandilada.
    Me he emocionado leyéndote, no esperaba menos con los dos grandes maestros que has tenido, tanto en la escuela como en casa.
    Sigue así, amiga. Tu esencia crece por día y estoy muy orgullosa de ti.

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