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domingo, 27 de mayo de 2018

Un café literario con Javier Menéndez Flores.



Hace justo un año nos conocimos y por aquel entonces, Javier Menéndez Flores ya era uno de mis escritores admirados. En el presente también, aunque por su generosidad ya le concedo el título de amigo. De él venero su oficio, sus buenas formas al responder, su paciencia y su relación estrecha e indestructible con la objetividad. Su capacidad de contrastar no tiene límites. Hace unos días compartimos café en uno de los sitios más literarios de Madrid: el café Gijón. En ese lugar aún se respira a Federico García Lorca, a Gerardo Diego, a Benito Pérez Galdós, a Dalí… 


Los pulmones se llenan de sabiduría y si diriges la vista a cualquier rincón, tu propia imaginación desvaría al intentar trazar algún encuentro del pasado.




Si a Javier le preguntan por el destino, no cambia de conversación. Él cree sólo en un tipo de azar: en ese en el que uno mismo actúa. A sus cuarenta y nueve años, por su mirada noble, juraría que no le ha contado los pelos al demonio, pero  sí a todos y a cada uno de sus entrevistados.
Casi veinticinco años ejerciendo “el mejor oficio del mundo”, que diría Gabriel García Márquez, afirma que “La única manera de vencer a un folio en blanco es poniéndose a trabajar”.
En su pasado destacan biografías autorizadas. Dani Martín, Lolita Flores, Miguel Bosé, Roberto Iniesta (Extremoduro) y Joaquín Sabina (nuestro punto de unión). Todos se enfrentaron a sus preguntas. Entrevistar a Javier da respeto, yo no lo niego. Él siempre obtuvo respuestas hasta de las preguntas más agrias. Audaz hasta el extremo. Pero la suerte que nunca he dejado de buscar me ha premiado y hoy la luz de mi faro se ha convertido en cañón teatral directo a su persona.

Su presente dulce tiene dos títulos. Por un lado, “El hombre que no fui”, junto a Melchor Miralles. Novela sobre el caso Urquijo, posiblemente el crimen más mediático de la historia de la crónica negra española. Actualmente, novela finalista al Premio Rodolfo Walsh de la Semana Negra de Gijón, el cual se fallará en dicho Festival el próximo 13 de julio.


Por otro lado, la reedición de “Perdonen la tristeza” del maestro de Tirso de Molina (y del mundo). (La objetividad hoy se la dejo intacta a Javier). Él también comulga con Joaquín hasta los domingos por la tarde.







Casi veinte años después, una reedición revisada y actualizada (con más de doscientas páginas inéditas y tres pliegos de nuevas fotografías).




(A la derecha, foto de Jimena Coronado).


Su futuro: una novela anhelada guardada en el cajón que le está pidiendo su sitio.
Su tesoro oculto: una rama gruesa de poeta que aún no tenemos la fortuna de conocer.

En la mente de este ex atleta federado ya sólo corren las ideas que dan a luz a través de la tinta. Ideas que le han robado más de quinientas noches y que en la meta adquieren forma de libro.



Gracias, Javier. Gracias por trabajar con brújula, por ser honesto y por hacer feliz a esta joven aprendiz.



En este enlace puedes escuchar la entrevista y así verificar cada una de mis palabras.






Próximas firmas de Javier en la Feria del libro de Madrid:

-Sábado 26 de mayo (de 12:00 h a 14:00 h). Cúpula – Caseta 231.

-Viernes 8 de junio (de 19:00 h a 21:00 h). Junto a Melchor Miralles – Caseta de La Esfera de los libros. 
-Sábado 9 de junio (de 12:00 h a 14:00 h). Cúpula – Caseta 231.


(A la izquierda, foto de Margarita Bañón).





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