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lunes, 19 de octubre de 2020

La ansiedad, un tabú gastado.

Qué poco hablamos de los temas que más nos importan. Pensamos de antemano que no nos escucharán. Si total, ¿Para qué? Eso es ansiedad. Ansiedad, ¡Qué palabra tan recurrente! ¡Qué ibuprofeno para cualquier dolencia! ¡Qué cinturón con tantos agujeros! Ella aparece cuando el alquiler no se paga solo, cuando te quita el sueño unas oposiciones, cuando el trabajo no te deja tiempo ni para comer, cuando te matan con una noticia fea… En resumidas cuentas: aparece cuando la vida regala baches que nos ponen a prueba y que se llaman obstáculos.

Ahora me voy a dirigir al lenguaje coloquial del pueblo llano: Si te duele la cabeza es por ansiedad. Si te tiembla el párpado es por ansiedad. Si te olvidas las llaves de tu casa en otro bolso o te pones la camiseta del revés, no es por despiste, es por ansiedad. Si tu metro tarda es ansiedad. Si te olvidaste de un cumpleaños es ansiedad. Si estás estreñido es ansiedad. Si se te cae el pelo, no hay motivo más rápido, ni más consistente que la ansiedad. Si no te toca el cupón del viernes es por ansiedad y si el sol se va cinco minutos antes de lo previsto también es ansiedad. El mundo es ansiedad y la ansiedad es un tabú gastado.

Yo recuerdo que no hace mucho hacíamos uso de otras palabras. Nuestros dramas tenían otros motivos y sacábamos otras conclusiones más ricas. Cuando el alquiler no se pagaba solo decíamos que era por no tener trabajo. Cuando te quitaba el sueño unas oposiciones era por la responsabilidad tan grande que supone tal hazaña. Cuando el trabajo no dejaba tiempo ni para comer era por un día ajetreado. Cuando te mataban por una noticia fea, era por la incredulidad que generan las desgracias. Y cuando la vida te ponía a prueba te levantabas o te hundías, pero nadie te decía que era ansiedad. Antes había otro tipo de contestaciones, otros remedios y otros porqués. Ahora hasta hay médicos que antes de que les cuentes tu mal, te frenan en seco con un “es ansiedad” y piensas “¿Para eso ha estudiado una carrera?”. Yo admiro con fervor el trabajo de los sanitarios, pero esto último no me lo estoy inventando. Calmaos.

La ansiedad repetida no solo es un trastorno, sino que también puede convertirse en un rasgo de personalidad a la larga. Es la bandera roja que se iza cuando la mente y el cuerpo huelen el peligro. Es un sentimiento normal con sus escalas, sus tratamientos y sus matices. Es muy seria. Afecta a un número ingente de la población en al algún momento de la vida. Ahora en circunstancias presentes cada vez más.

Y si es tan seria, ¿Por qué la utilizamos como parche en cualquier conversación? Dejémosla a un lado, respetemos el término y hablemos de lo que de verdad nos importa. Lo mismo no es ansiedad y son nervios. Hacedme el favor.




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